jueves, 9 de abril de 2015

¿Debería avergonzarse Google por las desastrosas actualizaciones Lollipop?




A todo el mundo le gusta recibir actualizaciones en sus dispositivos electrónicos, ya que se tratan de una muestra de que el creador del software sigue comprometido con su trabajo. Muchas veces añaden nuevas características muy útiles, casi siempre solucionan errores, y en no pocos casos parchean problemas de seguridad que llegan a poner en peligro la privacidad de los usuarios. Las actualizaciones de los sistemas operativos casi siempre son muy bien recibidas, aunque resulte un poco molesto instalarlas. Pero en el caso de Android 5.0 Lollipop el asunto se ha descontrolado bastante, hasta el punto de que lo que deberíamos percibir como un gran trabajo por parte de Google empieza a parecer una chapuza.

Así que vamos a echar una ojeada a las distintas versiones de Android 5.0 Lollipop que se han ido lanzando hasta el momento, para luego analizar por qué Google se ha equivocado. Por último, intentaremos explorar qué debería hacer la marca del buscador con el tema de las actualizaciones de software de su sistema operativo, un tema que siempre le ha dado problemas. Empieza nuestro análisis:

Las actualizaciones de Android 5.0 Lollipop


Empecemos echando una ojeada a lo que ha originado el problema, la gran cantidad de versiones menores de Android que han aparecido en los últimos meses. Debemos suponer que no veremos muchas más (aunque no lo sabemos), pero lo cierto es que no se puede decir que resulten pocas.

Android 5.0 Lollipop: el lanzamiento inicial, que se realizó el 15 de octubre del 2015, aunque desde julio de ese año se ofrecía una edición beta. Se trata de la versión principal, que aportó una interfaz completamente rediseñada, un retocado sistema de notificaciones, mayor duración de batería y un sinfín de pequeñas mejoras.

Android 5.0.1 Lollipop: la primera actualización llegó en diciembre, y corregía varios bugs: Wi-Fi, reinicios de aplicaciones, problemas de seguridad… Realmente, es normal que se escape algún fallo y que se haga necesario parchearlo.

Android 5.0.2: sólo 20 días después salía una nueva versión con pequeñas correcciones y mejoras. No se ha concretado mucho qué modificaciones trae, pero la verdad es que sorprende que resulten necesarios dos lanzamientos tan seguidos, porque actualizar representa una molestia para el usuario.

Android 5.1 Lollipop: hace unas semanas salió una update con cambios en la interfaz, como en el comportamiento de las notificaciones, los ajustes rápidos o el LED del terminal. Me parecen novedades interesantes, pero no hay ningún motivo para que no hubieran haber podido llegar el primer día.

Android 5.1.1 Lollipop: al parecer esta nueva versión está en camino, y arreglaría una fallo con la memoria RAM que afecta desde la versión 5.0, y que es grave. También se ha hablado de Android 5.2 Lollipop, pero ahora se trata sólo de un rumor. Lo que está claro es que este bug tiene que arreglarse.

¿Por qué es un desastre?


Microsoft puede permitirse lanzar muchas actualizaciones de Windows, al igual que Apple de iOS. Tal vez molesten un poco al usuario por tener que pasar por el proceso de actualización, pero todo el mundo las va a recibir. Por desgracia, no pasa lo mismo con Android. El sistema operativo del robot verde sufre de un complicado mecanismo de actualización, en el que el fabricante del teléfono personaliza el software y, en muchos casos, también el operador de telefonía correspondiente.

Todo esto hace que el coste de la actualización suba, así como el tiempo necesario para realizarla. Muchas marcas, sencillamente, deciden emplear el software más moderno del que disponen cuando lanzan un samartphone, y nunca vuelven a molestarse en actualizar el terminal. En estas condiciones, lo lógico es que Google ofreciera pocas versiones de Android, pero muy pulidas. Esto debería haber ocurrido con Android 5.0 Lollipop, porque ha tardado un año entero en desarrollarse, frente a los seis meses de anteriores lanzamientos.

Pero lo cierto es que Android 5.0 Lollipop salió lleno de bugs, y que se han ido realizando retoques muy poco a poco. Los que tuvieran un terminal de la familia Nexus las disfrutaron todos, pero otros sólo recibirán una update, y se perderán todas las posteriores. La verdad, no puedo entender que resulten necesarias cuatro actualizaciones en menos de seis meses, sobre todo porque algunas han sido realmente pequeñas. Y los cambios en la experiencia de usuario de Android 5.1 Lollipop los encuentro injustificables, cualquiera de esos pequeños cambios podría haberse realizado antes, si se hubiera planificado el desarrollo con cabeza.

Google tiene que cambiar de modelo

La marca del buscador siempre ha tenido problemas con las actualizaciones. Cuando presentaba una versión de Android cada 6 meses los fabricantes no eran capaces de seguirle el ritmo, ahora que se lo toma con más calma los inunda con pequeñas actualizaciones. Pero el problema de fondo es mucho más grave: Android debería replantearse muy profundamente para permitir actualizaciones más rápidas.

Está claro que Google no se va a atrever, pero lo mejor para los usuarios sería que se prohibieran las personalizaciones de fabricantes y operadores. También tendría que presionar a las marcas que desarrollan los componentes para que el trabajo de añadir los drivers se volviera rápido y sencillo. El objetivo debería ser que actualizar Android resultara muy rápido y económico. En ese contexto, no habría problema en lanzar muchas versiones con pequeños cambios, porque estaría asegurado que les irían llegando poco a poco a los usuarios. Sin embargo, a día de hoy esto representa más bien un sueño lejano.

Mientras eso no ocurre, lo que debería hacer el Google es lanzar una versión de Android cada año, cuidada y pulida. Obviamente, no se puede descartar que aparezca algún fallo que necesite un arreglo, pero habría que intentar acumular varios y lanzar un parche grande. Y, desde luego, aprovechar una revisión menor para incluir nuevas características en la interfaz no tiene ningún sentido. Ha quedado muy claro que las actualizaciones de Android 5.0 Lollipop han supuesto un desastre del que Google se debería avergonzar, así que esperemos que alguien en la multinacional del buscador haya tomado buena nota para no volver a repetir estos errores.

¿Qué opinas del tema? ¿Consideras aceptable ir lanzando nuevas versiones de Android cada pocas semanas, o crees que no se trata de un modelo válido para este sistema operativo?

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